Ventana a lo desconocido
Los científicos cruzan los dedos ante la expectación generada. «Se va a abrir una ventana a lo desconocido, porque podremos mirar donde nunca antes se había mirado en un rango de energía que jamás se ha explorado», explica Juan José Saborido, uno de los investigadores de la nutrida delegación gallega que participa en el experimento, bien desde la Facultad de Física de Santiago o desde el propio Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN).
Desde el propio LHC, también conocido como la máquina del Big Bang, se ha batido en tres ocasiones el récord mundial de energía que hasta el pasado de noviembre lo obstentaba el acelerador del Fermilab de Chicago. Se ha multiplicado por siete. Y los siete teraelectronvoltios que se esperan obtener son tan solo la mitad de la potencia nominal de la máquina. Pero suficientes para que la comunidad científica pueda obtener resultados sorprendentes de aquí a los próximos 18-24 meses. Luego, la máquina se parará durante unos ocho o diez meses para reforzar su seguridad y, a continuación, forzar su máxima energía de 14 teraelectronvoltios.
«Cuanta más energía pongas aumentan las probabilidades de producir partículas más pesadas, que nunca se han visto, como, por ejemplo, las que forman la energía oscura. Nos acercaremos, probablemente, a unas condiciones muy próximas que reinaron en el momento del Big Bang. Nunca antes habíamos estado tan cerca», señala el físico Juan José Saborido.
La partícula divina
Y, quizás, en esta primera aventura sea posible localizar el Boson de Higgs, conocido también como la partícula divina, sobre el que se funda el actual modelo estándar de la física, pero que nunca ha sido observado. Es la pieza clave del puzle, la responsable de dotar de masa a los componentes más básicos de la materia.
La primera colisión de protones, sin embargo, no será fácil. El choque se espera para el 30 de marzo, pero para que colisionen los dos haces será necesario primero afinar la óptica. Incluso es muy posible que el objetivo no se logre el primer día. «El solo hecho de afinar los dos haces es en sí un desafío: es un poco como lanzar dos agujas a ambos lados del Atlántico para que choquen en medio del océano», explica Steve Myere, director encargado de los aceleradores en el CERN.
Una vez se consiga el ajuste, luego será todo mucho más fácil. Los haces van en fila, son como las cuentas de un collar, y una vez definida la trayectoria de colisión, cada 25 nanosegundos se producirá un estallido. «Cuando todo esté funcionando en modo nominal, según lo previsto, tendremos millones de colisiones por segundo», aclara el físico Juan José Saborido.
muchísimas gracias x la noticia!!! que ganas le tengo a este experimento diosssss, espero q todo salga a pedir de boca para que conozcamos aún mas el entonrno en el que vivimos y su origen :D
ResponderEliminarEsto es como cuando un niño coge una pistola, tarde o temprano se pegará un tiro, bueno, en este caso esta la vida de la humanidad en juego.
ResponderEliminarERES UN ESTUPIDO MUZZLED, gastan millones de dólares en aparatos inútiles jugando a ser Dioses y no ayudan a las personas que en realidad necesitan del dinero, ¡¡¡ ERES ESTUPIDO !!!
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